La investigación con microorganismos como hongos, bacterias, virus y extractos vegetales, cada día recibe más atención gracias a su posibilidad de integrarlos como agentes de control en poblaciones de insectos plagas, en control de fitopatógenos, biodegradación de productos finales de procesos agrícolas, biofertilización y otros. Esto ha originado un gran interés en su producción masiva, formulación y comercialización como bioinsecticidas, antagonistas e inoculantes biológicos.
Los avances en Colombia en los últimos años en el área del control microbial de insectos, especialmente con Beauveria bassiana para el control de la broca del café, Hypothenemus hampei, han permitido que numerosas empresas de agrobiológicos se interesen en su producción comercial no solo para café sino a cultivos de arroz, algodón, flores, leguminosas, pastos y palma africana.
La comercialización de productos agrícolas basados en microorganismos requiere de un control de sus propiedades biológicas, físicas y químicas para asegurar al usuario un producto con la máxima eficacia en el campo. Por esto, las investigaciones también se han dirigido a desarrollar procedimientos para el control de calidad de formulaciones de microorganismos, los cuales permiten analizar periódicamente los productos presentados en diferentes sustratos. En Cenicafé se ha desarrollado una metodología basada en resultados obtenidos con hongos entomopatógenos y ha sido complementada con las normas técnicas colombianas NTC 4422-1 y NTC-ISO-IEC 17025.
En Colombia el Instituto Colombiano Agropecuario "ICA", expidió la Resolución No. 4313 de 1991 para reglamentar la producción, comercialización y manejo de entomopatógenos. Esta reglamentación se complementó con las normas ICONTEC NTC 4422-1 y NTC 4422-2. Estas normas ICONTEC recogen no solo información de otras partes sino la experiencia y estudios de laboratorio con soporte estadístico llevados a cabo en Colombia.
En el año 2001 el ICA expidió la Resolución No. 329, por la cual dictan disposiciones para el registro de laboratorios que presten el servicio de control de calidad de agentes microbiales. Basados en la experiencia obtenida en los últimos 20 años en Cenicafé, gracias a las investigaciones realizadas para estandarizar los procedimientos para el control de calidad de formulaciones de hongos entomopatógenos y a la necesidad de un laboratorio que ofreciera el servicio de certificación de calidad de productos biológicos, nos propusimos obtener el registro del ICA para prestar el servicio de Control de Calidad a terceros. Fue así como cumpliendo con los requisitos exigidos por el ICA, el laboratorio "Control de Bioinsumos" ubicado en el Centro Nacional de Investigaciones de Café, Cenicafé, obtuvo su primer registro mediante la resolución No. 002670 para realizar análisis de calidad a productos con base en hongos recomendados para el control de insectos plagas y control de fitopatógenos, posteriormente obtuvo su segundo registro 001548 para realizar el análisis de productos basados en bacterias utilizadas para control biológico, en biodegradación de productos finales de procesos agrícolas y biofertilización.
¿En que consiste el control de calidad de bioinsumos agrícolas?
Se han estandarizado una serie de técnicas mediante la investigación científica con soporte estadístico. Cada una de estas técnicas está planificada para determinar la calidad biológica y físico-química de productos formulados con base en microorganismos y extractos vegetales patógenos a insectos plagas de cultivos, antagonistas de hongos fitopatógenos e inoculantes biológicos, buscando que cada producto cumpla con las especificaciones establecidas por el ICA que asegure al usuario un producto de máxima eficacia en campo.
¿Por qué es importante el control de calidad de Bioinsumos Agrícolas?
La importancia del control de calidad de bioinsumos agrícolas radica en verificar las especificaciones de calidad establecidas por el fabricante y que estas se mantengan estables durante el periodo de tiempo determinado de acuerdo al producto, ya que estos insumos biológicos tienen una vida útil determinada por condiciones de producción, formulación, almacenamiento y transporte, de la cual depende su acción biológica en condiciones de campo.
Consideraciones importantes para decidir en que momentos se debe realizar control de calidad en procesos de producción de biológicos.
Actualmente en Colombia se están desarrollando diversos programas para el manejo integrado de plagas de cultivos, biodegradación de productos finales de procesos agrícolas, biofertilización y otros procesos en los que se involucra el uso de microorganismos y extractos vegetales. Paralelamente a estos desarrollos se han establecido diferentes metodologías de producción, desde la producción artesanal, hasta la utilización de reactores para la multiplicación de microorganismos. Las diferentes metodologías de producción se han centrado principalmente en los factores cuantitativos, es decir la eficiencia en la producción. Existen otros factores que inciden directamente en esta eficiencia y que pueden ser controlados, no sólo a nivel de la selección del genotipo del aislamiento del microorganismo, sino dentro del proceso mismo de producción.
A lo largo del proceso de producción podemos considerar diferentes etapas: multiplicación, cosecha, formulación, empaque y almacenamiento, en cada una de las cuales podemos controlar diversos factores de repercusión en la capacidad de los microorganismos como controladores e inoculantes biológicos.
En la etapa de multiplicación, el sustrato utilizado influye no solamente en la eficiencia de la producción, sino también en la calidad final del producto. El tipo de fuente de Carbono y de Nitrógeno, así como la relación entre ellos, va a determinar el tipo y cantidad de sustancias de reserva que presenten los microorganismos, lo que a su vez afecta su capacidad de reproducción y su persistencia tanto en almacenamiento, como en campo.
Finalmente las condiciones de almacenamiento y el tipo de empaque utilizados, afectan la longevidad de estos microorganismos, al controlar estos procesos podemos inducir un período de latencia adecuado para mantener la viabilidad y potencialidad de los microorganismos hasta el momento en que son aplicados al campo.